UNCA

08/04/2017

Inundaciones: la mano del hombre tiene mucho que ver

Adriana Niz, directora del Instituto de Monitoreo y Control de la Degradación Geoambiental,  explicó las causas que llevaron al desborde de los ríos en las zonas afectadas del interior provincial, indicando que el desastre natural que se experimentó se debe a una combinación de causas geológicas, climáticas y geográficas potenciadas por la acción del hombre. La especialista anticipó que luego de este período de lluvias llegue otro de sequías.


“Son lluvias excepcionales que cumplen con un ciclo desde la perspectiva geológica. Son ciclos que se dan cada centuria o cada 70 a 80 años” precisó la profesora de la facultad de Tecnología de la Universidad Nacional de Catamarca mientras consultaba un mapa satelital en su oficina.

Niz recalcó que las transformaciones medioambientales que los seres humanos venimos realizando agravan las consecuencias de estos fenómenos."Estas actividades modifican el relieve, y cuando el relieve es modificado substancialmente, hay  alteraciones también en los factores climáticos. Todo esto, añadido a que estamos en un proceso de cambio climático”. Coincidentemente, en declaraciones a Radio Universidad, el decano de la facultad de Ciencias Agrarias, Ing. Oscar Arellano afirmó que la agricultura y la ganadería tienen que estar vinculadas claramente a una evaluación de impacto ambiental. La superficie y la forma de cultivo tienen que estar adecuados de manera que los escurrimientos no generen estos desastres. Arellano también habló sobre la importancia del conocimiento de la dinámica de las cuencas, los flujos del agua y el escurrimiento debería ser una cuestión central para tomar decisiones. Al construir barrios, por lo general, estos factores no se tienen en cuenta.

Un dato alarmante que anticipa la Dra. Niz es que  luego de estas “etapas de precipitaciones extraordinarias” vinculado al fenómeno del “El Niño”  seguramente le seguirá “La Niña”, es decir, un periodo de sequía.

Además,  hay un aumento en las probabilidades de futuros aludes pues las laderas de nuestras montañas se encuentran al descubierto pues años atrás pasaron por un período seco. “Si bien en estos últimos años hemos tenido algo de precipitaciones -también  atípicas- que han vegetado las laderas, estas no están preparadas”.
En primer lugar,  la litología (composición de las rocas) está muy fracturada; luego, hay restos de degradación de los suelos (regolito) sueltos en las laderas y además las raíces de esa vegetación no están fijas todavía. ¿El resultado? “El  fracturamiento de las rocas, las precipitaciones intensas, la infiltración y el peso de esa vegetación,  logran que se provoque este  proceso de arranque tipo torrente desde las altas cuencas. Se va  combinando este material fino con el material grueso,  lo que densifica el caudal  y hace que el mismo pueda transportar material aún más grande, del tipo bloque”. Es decir, condiciones que favorecen la formación de inundaciones e incluso aludes.

“Todas estas precipitaciones, que  ya de por sí son torrenciales y atípicas, se ven potenciadas por la disponibilidad del sedimento, que afecta en la parte baja a lo que llamamos, desde la perspectiva geomorfológica, el ‘pie de monte’, que es donde se asientan las comunidades. Por eso esto, lo que podría ser un evento geológico natural, se transforma en un riesgo geológico, porque afecta a comunidades vulnerables, su economía, estructuras, etcétera”.

Ciencia para la predicción.

En relación a la posibilidad de predecir este tipo de situaciones, la científica indicó que se elaboran mapas  de riesgo y mapas de vulnerabilidad. “Para llegar a ellos, primero se hacen estudios completos de los procesos de la dinámica geomorfológica y de cómo va a reaccionar  frente a ese proceso cada cuenca. Con el Servicio Meteorológico, estamos sabiendo qué va a suceder, qué podemos esperar y qué caudales  aproximados; por lo que uniendo estos mapas que te están indicando cuál es la vulnerabilidad geomorfológica de la región y la vulnerabilidad climática, se puede llegar a  inferir; porque,  en realidad, los fenómenos naturales se infieren, ya que la naturaleza tiene una vida propia”, concluyó.

Dra. Adriana Niz
Docente universitaria. Dirige el grupo de Investigaciones sobre Riesgos Geológicos representando a América Latina en la Unión internacional de Geología e integra el grupo de estudios referidos a Riesgos Geológicos y su caracterización a nivel global con la Unión Japonesa de Geología. Contacto: aniz@tecno.unca.edu.ar