Investigación y Posgrado

22/03/2020

"El Malbrán", "al Malbrán"

El ANLIS, el Instituto de Bacteriología, lleva el nombre del ilustre médico catamarqueño, una figura clave del sanitarismo argentino y latinoamericano.


 

A medida que pasan los días de la letal pandemia mundial de coronavirus  escuchamos en nuestro medio que alguien fue “al Malbrán”, que está "en el Malbrán” una muestra tomada a un potencial infectado. Malbrán se convirtió, como en los pueblos del interior o de campo, el “está en lo de don López” (el peluquero), “en lo de Sosa” (el bolichero), en “lo de Chicho” (el sastre), lo “en lo del turco” (el tendero).
Todos hablamos del Malbrán, ni qué decir los conductores y periodistas en radio y televisión, que lo nombran como si fuera un íntimo amigo de la familia, como si todos supiéramos de quien se trata, pero pocos conocen quién fue Malbrán y vamos a comentarlo.

Hace unos días la Junta de Estudios Históricos de Catamarca, que preside la distinguida amiga y colega Gabriela de la Orden, a través de la profesora Mónica Olivera, me hizo recordar que el doctor Carlos Gregorio Malbrán era un ilustre hijo de esa provincia, natural de Andalgalá, donde nació en 1862. Por lo que, de ahora en más, lo que el lector conocerá es sólo mérito de esta profesora y de la Junta que, en su eficiente labor, sigue las huellas que le señalaran el presbítero Ramón Rosa Olmos y el recordado profesor Armando Raúl Bazán.
Malbrán estudió Medicina en la Universidad de Buenos Aires y en 1882 comenzó a trabajar en medicina interna en la misma ciudad. Fue un hombre que con sus virtudes profesionales dio el ejemplo de una verdadera vocación de servicio.

En 1887 fue enviado por el gobierno nacional a Mendoza, donde se había desatado un brote de cólera, con la misión de estudiar la enfermedad y colaborar para combatirla.
Cumplida la tarea asignada, Malbrán permaneció trabajando en aquella provincia por un tiempo y en ese mismo año defendió su tesis doctoral sobre “La patología del cólera”.

Desde el principio de su carrera la salud pública fue para él el principal reto a afrontar. Actuó luego en diversos hospitales respondiendo a su inquietud por los temas relacionados con la Salud Pública. En 1889 fue nombrado miembro de la Comisión de Buenos Aires para la Gestión de Residuos.
En 1892 fue Inspector Técnico de Higiene de la Municipalidad y Jefe del Laboratorio del Departamento Nacional de Higiene. Ese mismo año el gobierno argentino lo envió a Europa para estudiar el uso de los sueros contra la tuberculosis y la difteria.

A su regreso, en 1895, Malbrán instruyó al personal en la técnica de obtención de suero antidiftérico y los lotes fabricados (en instalaciones transitorias habilitadas en la Isla Martín García), fueron distribuidos gratuitamente en sectores humildes de la población, pero nuestro personaje prosiguió ocupándose de diversas enfermedades y problemas de la época.
En años posteriores se estudiaron problemas sanitarios en los cuales, debido a la intervención de José Penna, los trabajos ganaron el empuje que permitió la habilitación provisoria de algunos laboratorios en el predio que aún ocupa el Instituto, siendo la primera construcción terminada el pequeño edificio ubicado en la esquina de la avenida Vélez Sarsfield y la calle Brandsen. Se lo denominó "Conservatorio de Vacuna Antivariólica" (o antivariolosa).

En 1897 fue nombrado catedrático (profesor titular) de Bacteriología en la Facultad de Medicina de la UBA, de la cual también fue consejero y vicedecano, además de miembro de la Academia de Medicina. En 1899 fue el representante argentino en varios congresos internacionales sobre las principales enfermedades contagiosas y parasitarias, incluyendo la peste bubónica y la malaria.
En 1900 representó al país en la Convención Sanitaria Internacional entre la Argentina, Uruguay y Paraguay. También concurrió a congresos médicos sanitarios en Santiago de Chile, Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro.
Malbrán fue el principal propulsor de la salud pública en el país y trabajó también en la prevención, profilaxis y tratamiento de la malaria, el quiste hidatídico y la lepra.
Publicó numerosos trabajos que reflejan su intensa labor científica pero entre ellos pueden nombrarse "Apuntes sobre salud pública" y "Patogenia del cólera".
En 1901, luego de un viaje a Europa donde estudió los nuevos tratamientos para la difteria, Malbrán -entonces senador nacional y Presidente del Departamento Nacional de Higiene- concibió el proyecto de crear un Instituto de Bacteriología, pensado no sólo para impulsar la cultura científica del país sino para ser un centro de elaboración de sueros, vacunas y productos biológicos destinados al diagnóstico, tratamiento y profilaxis de las enfermedades infectocontagiosas.
En 1902 presidió la Conferencia Nacional de Lucha Contra la Malaria y ese mismo año fue autorizado a gestionar ante el directorio del Banco Nacional, en liquidación, la transferencia de unos terrenos en Barracas, con frente a la entonces futura avenida Vélez Sarsfield en su intersección con el Camino a Puente Alsina, para la construcción del Instituto Nacional de Microbiología y Conservatorio de Vacunas, e inmediatamente después se compraron otras fracciones aledañas hasta integrar los terrenos que hoy ocupa la sede central de ANLIS.
En 1906 presidió la Conferencia Nacional Sobre la Lepra y al año siguiente, 1907, fue designado presidente del Consejo de Salud Pública de la Ciudad de Buenos Aires. Entre 1910 y 1919 se dedicó a la política y como senador, en representación de Catamarca, promovió varios proyectos que más tarde darían lugar a leyes, incluyendo aquellas que regulaban la vacunación obligatoria, los procedimientos frente a la malaria, los impuestos sanitarios y las reglas de la farmacia.
Sin duda, su mayor logro para la salud pública argentina fue la creación del Instituto de Bacteriología, que incluiría un depósito de vacunas. Malbrán murió en Buenos Aires el 1º de agosto de 1940.
* Historiador. Académico de número y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación
Fuente: La Gaceta Mercantil