UNCA

09/06/2017

¿Es posible que los alumnos dirijan su propio aprendizaje?

Una sala llena de alumnos con las miradas dirigidas al profesor, poseedor del saber.  Los estudiantes, sujetos pasivos en el proceso de aprendizaje, poco o nada pueden aportar sobre lo que sucede en el aula. Esta escena se fue transformando con el paso de tiempo y la introducción de dinámicas pedagógicas más interactivas y menos verticalistas . Sin embargo, el antiguo modelo aún se implementa en muchas partes del mundo, incluso en Catamarca lo que  dispara el debate sobre cómo se reconfigura la relación docente-alumno.   


Teniendo en cuenta esta realidad, en la Universidad Nacional de Catamarca se llevó a cabo un postgrado dictado por dos especialistas en educación provenientes de España, quienes forman parte de un movimiento que intenta insertar una serie de cambios en la enseñanza. Los exponentes disertaron el lunes y martes pasado sobre el tema “La enseñanza basada en competencias. Luces y sombras del actual modelo educativo”.

 El Dr. Juan Lirio, que pertenece al  Departamento de Pedagogía, Área Didáctica y Organización Escolar y el Dr. Enrique Arias, del Departamento de Filosofía, área de Sociología; ambos de la Universidad de Castilla, La Mancha, España, estuvieron capacitando a docentes y estudiantes sobre estos temas. Este último dialogó con Radio Universidad luego de una de las Jornadas, organizadas por la Facultad de Humanidades de la UNCA y destacó que para evitar la enseñanza unidireccional, en el nuevo modelo“el que enseña no solamente es el profesor, sino también el alumno puede aprender de manera  autónoma, de forma que la importancia no la tiene exclusivamente el docente y el saber no se encuentra sólo en él; sino que está también en los medios, en las redes y en los propios alumnos. El alumno tiene que aprender y adaptamos todo en ese  sentido”.

 ¿Cómo hacer un cambio tan radical?

 Indiscutiblemente, la pregunta que se nos viene a la mente es ¿cómo?. Arias explica que no es una tarea sencilla y que requiere trabajo. “Hacemos un análisis de las situaciones y los contextos sociales con los que nos encontramos en el alumno, e intentamos  ajustar nuestra formación hacia esas características. Llegamos, incluso, a tener distintas formaciones y hasta contenidos diferentes en función del contexto social en que nos encontremos. Cada persona es distinta, por eso el aprendizaje es distinto en cada uno”.

Es decir, la currícula no tendría que impartirse de un modo indiferenciado a un colectivo que es inevitablemente diverso.

 En referencia a este punto, el sociólogo manifiesta que las formas de comunicación que hoy están establecidas en la comunidad y a las que apelamos para intercambiar ideas día a día, son muy diferentes a las que existían décadas atrás. “El alumno de hoy aprende muy distinto. Las antiguas modalidades  de formación  -que nosotros hoy en Europa aún seguimos teniendo- les resultan aburridas. Lo que apuntamos que con este modelo es a que el alumno pueda aprender de una  forma más autónoma. Se toma muy en cuenta y se motiva el aprendizaje fuera del aula y también los trabajos grupales. Que hagan seminarios fuera de lo que es estrictamente el ámbito de la asignatura, por ejemplo (…) Al ser más autónomo, el alumno dirige su propio aprendizaje, y como todos somos  distintos, esto puede variar muchísimo de persona a persona”, puntualizó.

 Sobre esta corriente educativa impulsora de los cambios de modelos, el sociólogo relató que en Europa se estableció recientemente el Espacio Europeo de Educación Superior, lo que significó modificaciones en todas  las universidades de aquellos países que se adhirieron a este sistema. “Tuvimos que cambiar nuestra mentalidad, metodología y nuestros modos de enseñar. Adaptando métodos dentro y fuera del aula”, expresó finalmente Arias. 

 Propuestas para la práctica de la enseñanza

La Dra. Griselda Díaz, docente de la Facultad de Humanidades, quien participó del Curso de Posgrado, remarcó la importancia de replantear las prácticas educativas. En ese sentido,consideró importante el repensar la formación por competencia, teniendo en cuenta la formación del ser humano como ciudadano.

“Formar en competencia implica replantear en términos curriculares institucionales, nuevas exigencias en términos de formación”, expresó. Y agregó que para fortalecer los procesos de conocimiento humanos, es importante  afrontar el trabajo en equipo y colaborativo. “No existe un método universal, tenemos que atrevernos a ensayar nuevos modos de enseñanza no en forma individual sino en  conjunto”, concluyó.