UNCA

13/10/2015

La vida en la cárcel más allá de nuestros prejuicios

¡Sabía que en nuestra penitenciaría hay internos estudiando distintas carreras universitarias? Un trabajo de investigación “Sociedad y delitos en Catamarca, recorridos delictivos, políticas punitivas y prácticas culturales en el interior de la cárcel”, considera como la cárcel también puede constituirse en un espacio en donde los internos pueden desarrollar actividades y vínculos constructivos.


Durante esta investigación se trabajó en la descripción y el análisis de las relaciones, la producción social e intercambios que se producen en el interior de la cárcel de mujeres y de varones del servicio penitenciario de la provincia de Catamarca. Se estudiaron las relaciones entre las presas por una lado y los presos por el otro para identificar y examinar sus prácticas, discursos y procesos de elaboración de sentido como resultado de procesos complejos. “Estamos en condiciones de mostrar que si hay algo que tiene la cárcel es factibilidad social, producción de signos lingüísticos, producción de principios, de códigos éticos, mecanismos de construcción de solidaridades, hay producción social. Es una institución socialmente fértil”, expresó el Lic. Mario Alanis, coordinador del programa “La facultad de Humanidades en la Cárcel“. En ese sentido, explicó que para la investigación se realizan entrevistas a los internos y a quienes quedaron en libertad; se observa su perfil delictivo, y las prácticas al interior de la unidad penal, y se realiza un análisis de producción lingüística. En el proyecto también participan profesores y estudiantes avanzados de las facultades de Humanidades y Derecho.

Educar en la cárcel

Alanís analizó también los cambios que hubo en los últimos años en el sistema penal, y aseguró que hubo un criterio de reinserción de los detenidos. Un buen ejemplo de ello es que los presos muestran una buena motivación para finalizar sus estudios cuando tienen la posibilidad de cursar carreras del nivel medio o universitario. El investigador remarcó como positiva la mayor flexibilización que hubo en el sistema carcelario y que permitió que se establezcan vínculos con otras instituciones, en este caso la Universidad. Para dar una idea de la importancia del trabajo que lleva adelante la UNCA, tenemos que echar un vistazo a las estadísticas nacionales: de acuerdo al último informe del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (Sneep, 2013), publicado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, el 54% de los presos de todo el país (unos 34.000) no participan de ningún programa educativo dentro de las cárceles. Alanís consideró que la inclusión social de los presos no depende exclusivamente del servicio penitenciario sino que “depende de todo un trabajo de la sociedad, es como si dijéramos que la educación de nuestros hijos depende exclusivamente de las escuelas”, concluyó.

“La Facultad de Humanidades en la Cárcel”

Mediante este programa se dictan carreras a los internos de la unidad penal de varones. En la actualidad se dictan tres carreras: profesorado en Historia, Filosofía, y Trabajo Social, que cuentan con tres estudiantes. En ese marco, Alanis comentó que está tramitando la autorización para uno de los internos que cursa el profesorado en Filosofía para que participe de las Jornadas de Filosofía que se realizarán la próxima semana en la UNCA, ya que preparó la presentación de una ponencia para el evento