26/09/2014
La jalea de higo es un producto local que reúne las características de elaboración artesanal, no tiene agregados en azúcar y alimentariamente es muy bueno. Mediante un trabajo articulado entre productores y autoridades de la UNCA y de la Municipalidad de Fray Mamerto Esquiú, se busca posicionar a este tentador dulce a nivel nacional e internacional. Además se pretende mejorar sus condiciones de elaboración para beneficio de productores y consumidores.
La elaboración de dulces y jaleas son sellos característicos de nuestra cultura culinaria, y la jalea de higo es una de sus variantes más originales. Un interesante proyecto busca promover su producción. Consiste en apoyar financieramente a 12 socios de la “Asociación de productores de Pomancillo” que se dedican a la producción de higos, además de producción y elaboración artesanal de jalea de higos, dulces y confituras; y dos jóvenes Chef elaboradores de chacinados y embutidos, quienes necesitan incorporar tecnología en las diferentes etapas de producción y elaboración de los productos que realizan.
La idea fundamental es fortalecer y poner en valor esta actividad que posee un alto potencial, pero que hoy -debido a las dificultades asociadas a la falta de financiamiento de estas familias-, no pueden explotarse como corresponde.
La etapa de apoyo en la construcción de la protocolización del producto “Jalea de Higos” es realizada a través de un convenio de cooperación mutua con la Subsecretaria de Vinculación Tecnológica de la UNCA y la Municipalidad de Fray Mamerto Esquiú (FME). A través de este acuerdo, la Universidad además de brindar apoyo con asistencia técnica y capacitación, califica con las normas requeridas para la adecuada comercialización del producto.
Entretanto, también se está trabajando en incorporar a la jalea de higo en la organización italiana Slow Food que, en oposición al fast food y a la fast life, busca recuperar las tradiciones alimentarias locales y luchar contra la pérdida de interés por nuestros alimentos,su sabor y sus orígenes). También pretende demostrar cómo nuestras decisiones alimentarias influyen en el mundo. Hoy Slow Food es un movimiento presente en 150 países, incluida Argentina con una red de 100.000 socios agrupados en asociaciones locales.
Esta organización cuenta con una sede en nuestra provincia, y será la encargada de evaluar la etapa de sanidad en todo el proceso de elaboración de la jalea de higo.
“La UNCA apoya este proyecto para definir que no haya contaminación en el proceso de elaboración del dulce. Además aporta recursos humanos, capacitación, y asistencia técnica”, explicó la Ing. Verónica Díaz, de la municipalidad de FME.
Para protocolizar el producto también se trabaja con la UNCA en la incorporación del producto regional al Código Alimentario Argentino -guía donde se describen y se regulan los estándares de calidad de los alimentos que se ofrecen al consumo de la gente-. Para ello se establece cada paso en el proceso de producción desde el manejo de la planta, hasta cómo es el higo en su estadío de madurez correcto para la elaboración del producto, su rendimiento, etc.